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jueves, 19 de marzo de 2015

Milestones!

Hija,

Escribí el título de la entrada en inglés porque la palabra en español no me gusta.
Tienes 3 años y 3 meses.  Pesabas 15 kilos hace un mes que fuimos a control y medías 96 cms.  Aún con ese peso y esa estatura dos días a la semana te llevo al jardin infantil en tu MeiTai.  Esta mañana íbamos caminando y viste una bebé de menos edad con su mamá quien también la estaba porteando.  Tu carita de alegría era indescriptible.  Te reías nerviosa y me decías "Mamá, igual como yo!!!" "Esa bebé tiene un 'wiskiti' verde"  'Wiskiti' es la forma que le dices a tu MeiTai desde que tienes un año. Ya te contaré la historia en vivo cuando estés más grande porque necesita música y coreografía y no me sale muy bien explicarlo.

¿Qué ha pasado en este último tiempo que merezca ser puesto en tu blog?  Dejaste la teta!!!  Fue una decisión muy difícil para mí porque creeme hija que yo disfrutaba ese momento tanto como tú.  Era nuestras conexión más linda, esa complicidad que solo teníamos las dos.  Me encantaba sentir cerca, tu calorcito y olor de bebé pidiéndome tu tetita.  Pero 3 años y 3 meses fueron suficientes para recibir el título de lactivista.  Yo habría seguido honestamente pero tú lo estabas pasando mal.  Habías empezado una involución, llorabas por todo, te creías bebé, no me soltabas la teta en ningún momento del día a pesar de que ya no me salía nada de leche y en las noches no dormías nada, despertabas a cada rato buscando la teta  para seguir durmiendo con ella en la boca como chupete. Por la misma razón no descansabas y estabas irritable todo el día.  Así que la noche del sábado 6 de marzo te dí por última vez y tomé la decisión porque en tu inconsciencia del sueño me mordiste tan fuerte que yo crei ver mi pezón colgando.  Me hiciste unas heridas muy dolorosas y aunque no sangré las marcas de tus dientecitos quedaron ahí por muchos días, junto con el ardor y el dolor. Lili me tuvo que poner hielo esa misma noche mientras que yo lloraba, por la razón obvia pero más porque había tomado la decisión de que esa sería la última vez.  Te expliqué y lo entendiste pero me has vuelto a pedir en un par de ocasiones: "Mamá ya se mejoró la tetita?" "Soy un bebé".  He tenido mucha fuerza de voluntad porque me han dado ganas de ceder pero recuerdo lo bien que duermes toda la noche sin teta y me aguanto.

El 2 de Marzo volviste al colegio.  Este año te tocaba nivel medio mayor y en tu sala compartías con los chiquitos de medio menor también.  Estuviste bien la primera semana pero la segunda te empezaron a molestar los llantos y el ruido de los más pequeños.  La tía me dijo que lo pasabas mal, que hacías rabietas solo de aburrida.  Así que me pidieron autorización para subirte al siguiente nivel y yo accedí.  Así que vas a pre-kinder con solo 3 años.

Mañana nos vamos de viaje a visitar a los abuelos del sur.  Estás muy contenta porque te dije que iremos a la fiesta de la uva y ya no puedes esperar hasta ver a tus primas y acompañar a mamá a este Festival.

Te amo Julieta!!!

domingo, 15 de febrero de 2015

Lo bueno, lo malo, lo no tan bueno

Acabo de ignorar a mi madre.  Jamás en la vida lo había hecho.  No recibí su abrazo ni su palabra de consuelo.  Estoy enojada, y muy triste.

Estoy trabajando con las pataletas de Julieta.  Y a puro respeto y contención he logrado mucho, aunque no voy a mentir que en un par de oportunidades la vieja escuela de la palmada en el trasero no ha quedado fuera del aprendizaje.

Hoy mi hija ha tenido la rabieta más grande que le he visto en sus 38 meses de vida.  Era como si algo maligno la poseyera, se retorcía, gritaba, me pegaba.  ¿La razón? Porque la quise acostar a las 12 de la noche.
En un día normal su rutina es a las 21.30 hras (ya tarde según mi opinión) se baña, lava los dientes, leemos un cuento o conversamos y a las 10 ya está durmiendo.
Hoy estamos de visita en la casa de mis padres y por la misma razón dejé que jugara con sus primos hasta las 12.  Sus primos mayores que por lo demás no tienen ninguna rutina.
La traje al dormitorio y comenzó el escándalo.  Se ponía tiesa para que no le pudiera sacar la ropa y gritaba de tal manera, no le reconocía la voz realmente.  Me pegó.  Le pegué dos palmadas.  Siguió gritando por muchos minutos más.  La traté de contener, abrazar, pero nada lograba calmar su rabieta. Se hizo pipí en medio de todo esto.  Si yo cedía, el mensaje que recibiría mi hija es que cada vez que quiera algo va a hacer una rabieta de esas proporciones. Subió mi madre y me la quitó.  Me desautorizó frente a mi hija.  Le dijo a Julieta que sus gritos mandan, que puede hacer lo que se le plazca y si no lo consigue puede gritar y gritar hasta que lo obtenga.
Así no quiero criar a mi hija.  No quiero que sea la niña de la que todos hablan, la que no tiene límites, la que es tirana, la que le pega a su mamá.
Mi madre volvió media hora después con la Julieta en brazos ya dormida.  Y me dijo "Ve que ya pasó.  Yo pagué muy caro controlar la rabia con más rabia, de los errores se aprende" Sí, lo se mamá. Soy tu hija y sé como nos controlabas a nosotros.
Yo te voy a poner límites hija, con todo el amor que te tengo.  Los necesitas.  Porque a tus 3 años no me respetas.  Y no voy a ir por la vida lamentandome después.
Te amo hija.