4 Meses

Estuvimos un mes entero con los abuelos y la familia de Curico y al regresar nos tocaba su control de los 4 meses. Así que bien tempranito nos subimos al tren y emprendimos rumbo a Santiago. Acá va Julieta muy cómoda en el sillón de la clase preferente, muy regia mi hija.

El martes tuvimos el control de los 4 meses y todo está perfecto con su desarrollo. Ya pesa 7,360 kgms y mide 6|,5 cms. Su alimentación sigue siendo lactancia exclusiva y a libre demanda aunque debo decir que los niños son muy sabios pues ella misma ha hecho de esta libre demanda algo un poco más ordenado que al principio y ya come a intervalos más largos. A veces le ofrezco su lechecita y ella misma me mira y no la toma como diciéndome 'Mamá estoy bien por ahora, quizá más tarde'.

Le toca ahora el refuerzo de las vacunas, pero voy a esperar hasta el lunes para llevarla pues este Sábado tiene una fiesta a la cual asistir y no le voy a arruinar la diversión pues es la primera invitación que recibe para ir a un cumpleaños. Así es, la vida social de mi hija ha comenzado.

Y yo, bueno qué decir, me sigo enamorando cada día de esta mujercita hermosa que Dios puso en mi camino.

Amarte a tí Señor en todas las cosas

Yo soy crisitana porque creo en Jesucristo. No porque pertenezca a alguna denominación en particular. Creo en Dios y creo en su promesa de vida eterna para los que creen y le aceptan como salvador. Por esa razón es que hoy decidí presentarle a mi hija y pedir su bendición.
El bautismo como palabra significa zambullirse, sumergirse. Y para los cristianos antiguos de los tiempos de Jesucristo era necesario nacer de nuevo para recibir a Dios. ¿Cómo es posible nacer de nuevo? ¿Es posible volver al vientre materno? Ciertamente no. Pero zambullirse en agua era sinonimo de muerte y renacimiento limpio de pecados. Un bebé no puede recibir bautismo bajo estos términos pues no tiene pecado en su vida. La presentación también viene de los tiempos de Jesucristo cuando los padres se acercaban para que el les bendijera y sus apostoles los reprendían. De ese episodio la tan célebre frase 'Dejad que los niños vengan a mí'.
Hoy mi padre, un anciano presbitero de la iglesia evangelica, (anciano es solo un termino formal pues mi papá tiene 56 años apenas) tomo a Julieta en sus brazos y poniendo su mano sobre la cabecita de hija elevó oraciones a Cristo para que la bendijera y la protegiera por siempre. Fue una emoción muy grande, mi corazon se lleno de felicidad y mi Julieta recibió la bendición del Padre con tanta tranquilidad, se dejó sostener por su abuelo y sin siquiera ánimo de llorar miraba a todos como entendiendo que cada persona estaba ahi por ella.
Ya de eso han pasado horas y en mi casa sigue la fiesta, todos celebran a Julieta. Ella y yo descansamos tranquilitas, y luego de este post me abrazare a ella para dormir placidamente.
Bendiciones para todos, los que creen y los que no creen también.