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martes, 26 de abril de 2011

Nauseas, Asco, Mareos.....

Ya no doy más!!!

Dije en post anteriores que todos los sufrimientos de este embarazo los aceptaría con alegría pero creo que me estoy empezando a arrepentir!!!  No de estar embarazada, de eso jamás.  Me arrepiento de haber dicho que disfrutaría mi transformación.  Llevo 4 semanas con nauseas TODO EL DIA.  Nunca se detienen, sólo se hacen menos intensas.  Muchos olores ya no los soporto, ni siquiera puedo usar perfume y me provoca un asco tremendo los perfumes de otras personas.  Y qué decir de las comidas.  Me considero una adicta a los asados, todo tipo de carnes a la parrilla son mi fascinación y deleite culinario, sin embargo el simple olor de la carne me provoca ganas de vomitar.  Lo he pasado pésimo.  Afortunadamente no he sufrido de vómitos y creo que es porque no me lo he permitido.  Cuando estoy a punto de hacerlo respiro profundo, tomo aire fresco y trato de omitir la sensación porque no quiero dejar de alimentar a mi porotito que cada día crece y me siente.
A veces lloro y le digo que se porte bien, que no me haga sufrir tanto, pero al rato lloro más porque no es su culpa que yo me sienta tan mal. Es la sobredosis de hormonas que mi cuerpo está produciendo naturalmente y a la cual me tengo que acostumbrar.  No a todas las mujeres les pasa lo mismo así que no se asustan quienes están en la búsqueda de sus retoños, cada embarazo es distinto y a mí me tocó sufrir más.  Este viernes entro en mi tercer mes.  Según lo que he leído al final del tercer mes se debieran acabar mis nauseas, así que por ahora a seguir aguantando y esperar que a partir del cuarto mes todo cambie para mí.
En una semana más lo volveré a ver.  Mi doctor es muy cuidadoso en ese sentido y antes de recomendarme a otro especialista me hará una última ecografía de gestación.  Después de  eso me dejará ir porque el solo ve reproducción asistida y acompaña los dos primeros meses.  Me pidió que tratara de decidir pronto donde seguiría controlando mi embarazo para poder indicarme el nombre de un doctor que él conociera y a quien poder recomendarme.  He mirado harto, buscado diferentes alternativas y bueno siempre están las clínicas probadas en el tema de la maternidad pero por lo que he estado leyendo creo que voy a intentar con la Clínica Santa María.  Me gustó lo que leí porque son pro parto natural y en su página indican que el 40% de las mujeres recurren a una cesárea cuando no es necesaria.  El cuerpo debe dejar al bebé salir cuando esté listo y la cesárea la indica el doctor en casos de urgencia.  Además tienen un sinfin de talleres de maternidad a un costo bastante razonable para mí.  Y lo mejor una de las matronas hace talleres de yoga desde el tercer mes para preparar el parto natural!
Veremos que pasa.
Gracias a todas las que pasan por acá a dejarme sus comentarios y a saludarme.  Es lindo sentirse acompañada aunque sea de manera virtual.
Dany, ví tu post sobre nuestra amistad y nuestra búsqueda.  Gracias a tí también por querer compartir este sueño conmigo y querer tener a mi hij@ cerca de tu hermosa hija.

viernes, 15 de abril de 2011

Miedo

Hoy mi hij@ cumple seis semanas de gestación.  Anoche me fui a dormir y como  es de costumbre fui al baño antes de acostarme.  Después de orinar me di cuenta que había manchado un poco.  Era una mancha color marrón muy parecida al color que tiene el flujo menstrual en los últimos días de regla.  Pensé que sería un desprendimiento de algún resto que hubiese quedado en el endometrio y no me preocupé más de lo normal.  Hice lo que he hecho por los últimos dos meses: consultar en internet y me encontré con muchas historias de mujeres que pasaron por lo mismo y que hoy tienen buenos embarazos o algunas de ellas ya han tenido a sus hijos.  Y me quedé dormida con el computador sobre la cama después de haber leído mucho.  A las 5 de la mañana tuve la necesidad de orinar otra vez y esta vez casi me desvanecí en el baño cuando al limpiarme descubrí una gran mancha de sangre muy roja en el papel y en el excusado un coagulo de sangre.  No sabía qué hacer, empecé a sudar y a sentir que iba a vomitar, mis piernas no soportaban mi peso mi respiración se hizo dificultosa.  Estaba en medio de una crisis de ansiedad.  Volví al dormitorio y me arrodillé junto a la cama a orar.  En cada lágrima que derramé le pedía a Dios que me permitiera quedarme con mi hijo pero que si era su voluntad llevárselo me diera la fortaleza para aceptarlo.  Tanta información en internet sobre el sangrado en las primeras semanas de embarazo pero yo sólo leía ‘aborto espontáneo’.  Logré dormirme nuevamente a las 6 de la mañana y 15 minutos después mi novia se estaba levantando para empezar su día.  Para no molestarla con mi insomnio me había cambiado de habitación y cuando se levantó me fue a ver y le conté.  Se acostó a mi lado y me consoló, me dijo que estuviera tranquila, que todo iba a estar bien y que el sangramiento era más normal de lo que yo pensaba.
Esperé que fueran las 7.30  y llamé a mi colegio para avisar que no iría y a las 8 ya estaba comunicándome con la clínica para pedir una hora con urgencia.  A las 10.15 me recibió el doctor.  Tenía tanto miedo.   Mi médico no se caracteriza por ser una persona simpática pero sí es muy directo y para mí eso resulta mejor que los mimos o los rodeos para decir las cosas.  Me hizo una ecografía y vimos que mi saco había aumentado de tamaño y que mi porotito estaba ahí aferrado al saquito.  Pude respirar tranquila.  Lo más maravilloso fue ver su pequeño corazón latir.  Mi angelito me mostró que estaba vivo y agarrándose con fuerza a la guatita de mamá.  El doctor me dijo que estaba todo bien, y que no había nada cerca de mi hijo que hiciera pensar en una posible pérdida y con ‘nada’ se refería a manchas que fueran indicio de futuros desprendimientos.  Además confirmó que mi sangramiento había sido producto de algún residuo antiguo que cayó justo ayer, en el día que normalmente hubiese ocurrido la ovulación.  Y esa explicación me hizo mucho sentido pues antes de mi embarazo solía sangrar un poco los días en los cuales ovulaba.  Le pregunté si tenía que hacer reposo o tomar algún medicamento y me dijo que no, que hiciera mi vida normal, pero sin esfuerzos innecesarios.  Me explicó también que muchas mujeres tienden a culparse si algo no sale bien en sus embarazos, o si sufren pérdidas pero que no es la culpa de nadie, que la naturaleza es sabia y que los embarazos anormales son expulsados por el cuerpo de la mujer de manera espontánea.  Triste pero cierto. 
El miedo ya pasó pero pude darme cuenta que será la primera de muchas veces que sienta miedo por lo que le pueda pasar a mi hij@.  Es nuestra conexión. 
‘Aférrate a mí vientre mi vida y te cuidaré y amaré hasta el fin de mis días.’

sábado, 9 de abril de 2011

Primera Ecografía de Gestación

No puedo creer que en Enero me estaba haciendo mil exámenes para ver si biológicamente podía ser madre y hoy estoy saliendo de la consulta de mi ginecólogo después de mi primera ecografía de gestación.  
A las 5 de la tarde estaba programada mi ecografía.  Llegué puntual y me instalé en el incómodo silloncito aquel en espera de poder ver lo que estaba pasando dentro de mí.   Entra la cámara y después de unos cuantos movimientos veo una manchita negra.  El doctor me dice que ese es mi saquito, en donde crecerá mi hij@.  En su lenguaje médico le dicta cosas a la enfermera y a mí me tranquiliza y me dice que está todo bien, que es demasiado pronto para sentir latidos o ver algo más. 
Conclusión del examen: Saco vitelino único presente de 2 mm.  Gestación intrauterina de 5 semanas.  Amenorrea de 4 semanas.
Sólo entiendo que yo y mi angelito estamos bien.  
Es rara mi sensación porque sé que está ahí pero no logro asimilar lo que me está pasando, estoy feliz por cierto pero mi día a día es igual que siempre, y a veces me asusta porque esa rutina me hace pasar por momentos de estrés que no quiero que afecten a mi hij@.   
Mi carrera de docente es hermosa y yo amo enseñar pero hay días que quiero mandar todo a la punta del cerro y no logro controlar mi rabia y frustración con mis estudiantes.  Pero ahora soy consciente que esa rabia y esa frustración se la traspaso a mi hij@.  Sin embargo no me puedo dar el lujo de dejar de trabajar para no pasar malos ratos.  ¿Algún consejo? 

martes, 5 de abril de 2011

Embarazo Confirmado

El jueves 1 de abril llamé muy temprano a la consulta de mi doctor.  Me identifiqué con la recepcionista y le conté que me había hecho una IA el 18 de marzo y que según las indicaciones del doctor esa mañana me había hecho una prueba de embarazo casera que había resultado positiva y ahora necesitaba saber qué hacer.  La voz de la mujer sonaba tan contenta como si me conociera de toda la vida: ‘felicitaciones señora Carolina’.  Me dijo que me devolvería la llamada.  En menos de una hora me estaba llamando para decirme que debía pasar por la clínica porque el doctor me había dejado una orden para hacerme un examen de sangre.  Al terminar mi jornada en el colegio pasé a recoger la orden y me fui al laboratorio.  Era viernes y yo quería los resultados en el mismo minuto, me mataba la ansiedad.  Pero la enfermera me calmó y me dijo que me los tendría al día siguiente, que era lo mejor que podía hacer por mí.  
Por supuesto fue un día eterno y la mañana del sábado fue lentísima también y para colmo cuando llegué a buscar los resultados del examen resulta que la única impresora que estaba en línea con la entrega de exámenes no funcionaba, se había desconfigurado.  Todo mal.  Al menos una hora para poder saber si en realidad estaba embarazada.   Finalmente recibí el tan ansiado papelito con el siguiente resultado:
Gonadotropina coriónica humana   216 mUI/mL
Embarazo Negativo  menos de 6.5 mUI/mL
Me deprimí un poco porque creía que era muy poca concentración de la hormona, pero nuevamente recurriendo a internet que lo sabe todo, supe que era lo normal para un embarazo de dos a tres semanas.
Hoy 5 de abril fui al doctor a mostrarle los resultados de mi Beta y sonriente me dijo:
‘Tienes un embarazo muy bueno.  Veámonos el jueves 7 para hacerte la primera ecografía de gestación’
Estoy muy emocionada y otra vez ansiosa de que pasen los días para poder ver por primera vez a mi hij@, aunque sé que solo veré un saquito en esta oportunidad.   También hecha un nudo de nervios porque veremos que esté bien implantado e incluso el doctor se atrevió a bromear diciendo ‘Y también para que veamos si son dos’ jajajajajajajajajajaja.   No me molestaría tener dos pero…. Uff, ni siquiera me lo imagino.

domingo, 3 de abril de 2011

Angustia

Ya no me aguanté la espera.  Habían pasado 12 días desde la IA y tenía que saber si estaba embarazada.  Después del colegio pasé por una farmacia y me compré una prueba de embarazo que traía dos tests.  Me lo hice y esperé cinco minutos.  Fui al baño y con gran desilusión vi como una sola raya se había marcado.  No lloré ni tuve rabia.  Sólo agradecí y le dije a Dios que lo seguiría intentando con su ayuda.  Me conecté a Facebook para hablar con mis amigas que sabían de mi angustia y les conté que el test había salido negativo.  Cual fue mi sorpresa al volver a mirar la prueba de embarazo que tenía una segunda línea rosada marcada muy tenuemente, casi como si fuera un efecto de sombra o un degradé de la otra más oscura.  Al principio creí que me la estaba imaginando pero después al ponerla a contra luz se veía con mayor claridad.  Sí, de acuerdo a este test casero, yo estaba embarazada.  No me volví loca de alegría, actué con bastante prudencia y nuevamente agradecí.  El hecho que la rayita fuera tan flojita me causaba desconfianza.  Me metí a todos los foros de internet que encontré y todas las opiniones coincidían, la rayita por muy ligera que se viera significaba un embarazo.  Llamé a mi mamá y le conté, ella también permaneció calma y me dijo que esperáramos otro poco para confirmar.  Luego llamé a mi pareja quien recibió la noticia con mucha alegría.  A Tito le dije que pasara por mi casa porque le quería mostrar algo para que me diera una opinión.  Cuando llegó a mi casa le pasé el test de embarazo para que lo viera y me dijera que veía él.  Al igual que yo al principio vió sólo una rayita pero yo insistí en que mirara con más cuidado.  Entonces vio la segunda raya y me preguntó que era eso. Eso –dije yo- significa que estoy embarazada.  No lo podía creer, los ojos le brillaban intensamente y la sonrisa no se le desdibujaba de la cara.  Me abrazó y compartimos nuestra alegría. 

IA

Como habíamos decidido hacerlo con una muestra fresca y el doctor no había objetado tal decisión, Tito fue muy temprano el viernes 18 a la clínica a dejar sus espermios.  Me llamó muy contento diciéndome que toda estaba listo y que me esperaban a la 1 de la tarde.  Obviamente la mañana de ese día fue la más larga que pueda recordar en mucho tiempo.  Hice clases muy rápido como si eso fuera a ayudar a que el tiempo avanzara, sin embargo sucedió todo lo contrario.  Las horas eran eternas.  Ese día terminaba mis clases a las 12 por lo tanto podía irme con calma a la clínica para realizarme la IA a la hora fijada, sin embargo recibí una llamada del doctor a las 11.30 para decirme que necesitaba que me fuera inmediatamente, que no podíamos esperar más.  Me puse muy nerviosa porque no había pedido permiso en el colegio y mi clase terminaría en media hora más, de modo que le dije al doctor que lo más temprano que podía estar allá eran las 12.30.  Y así fue.  Unos minutos antes de las 12.30 ingresé a la sala donde me harían el procedimiento.  Me pasaron un tubo con la muestra y me pidieron que lo pusieran entre mis pechos para mantenerlo calentito hasta que llegara el doctor y que me desnudara de la cintura hacia abajo.  A esas alturas lo único nuevo para mí era el tener una muestra de semen en aquel íntimo lugar que nunca en la vida hubiese pensado recibir fluidos de un hombre.  Pero el semen estaba en un tubo de ensayo muy tapado y ya venía tibio desde antes pues había sido preparado por el biólogo y sólo habían dejado los mejores espermios que irían en la carrera por fecundar a mi ovulo.
Entró el doctor entonces y muy serio me dijo:
‘Tito no dejó sus últimos exámenes de VIH cuando entregó la muestra y así yo no puedo trabajar’
Por supuesto que entré en pánico porque Tito se había hecho tres exámenes de Sida en los últimos seis meses para que nos permitieran usar la muestra en fresco.  Le expliqué al doctor que mi amigo era muy despistado y que los tenía, que por favor hiciéramos la IA, que él llegaría con los exámenes a la 1 en punto.  El doctor accedió sin antes retarme y decirme ‘Estas cosas no pueden pasar, porque si pasan estamos haciendo medicina de segunda categoría’.  En ese momento no quería malas vibras alrededor mío así que cerré los ojos y recé por unos segundos para pedirle a Dios que no permitiera que el enojo del doctor se interpusiera en el momento de la concepción.
El procedimiento en sí no me provocó ninguna molestia, sentí la canula en el útero pero no el semen entrando.  Lo que sin duda sentí con mucho dolor fue que me pusieron un espéculo para abrirme y poder inseminarme.  Para una mujer que no está acostumbrada a la penetración, el sentir ese metal frío  y duro es lo peor.  Pero como dije antes, todos los dolores que me permitan ser madre los sufriré con alegría.
12.34 y yo ya era una mujer inseminada.  Mi doctor junto con su enojo también agregó que la muestra de Tito era de muy buena calidad, lo cual me dejó muy tranquila pues, sabiendo después de los exámenes de enero que yo era una mujer fértil, eso significaba que en ese mismo minuto podría haber empezado el embarazo.  A partir de esa noche debía tomar PROGENDO por 13 días y al día 14 tendría que realizarme una prueba casera de embarazo.

 

PREGNYL

El día 16 de marzo era un miércoles y por mi trabajo vespertino no tenía tiempo de buscar una enfermera que me fuera a inyectar el medicamento que me haría ovular en el momento exacto de mi IA.  El PREGNYL fue fácil de encontrar y lo compré sin problemas pero la enfermera no lo fue tanto.  Después de un rato buscando en internet y llamando por teléfono a todos los números que encontré de enfermeras a domicilio me encontré con un grupo de profesionales del Hogar de Cristo que tenían turnos hasta las 11 de la noche.  Así que con ellas cerré el trato y me puse contenta de que además con su trabajo ayudaran a esta institución de jesuitas. 
Mi clase vespertina terminaba a las 10 de la noche, hora en que tenía que inyectarme el PREGNYL.  Hablé con mis alumnos y les dije que necesitaba terminar la clase unos minutos antes y como me lo imaginaba no se opusieron.  Así que manejé de regreso a casa a las 9.45 y logré llegar a las 10.05 al depto donde ya me esperaba la enfermera.  Me dolío la inyección, tengo que decirlo.  Pero no fue un dolor insoportable y la niña que lo hizo fue muy suave y dulce conmigo.  Me explicaba la sensación que yo tenía y donde debía estar doliendo en ese minuto, algo que yo aprecio bastante sobre todo cuando ignoro lo que está pasando en mi cuerpo.  Cuando terminamos la acompañé a la puerta y se despidió con mucho cariño de mí y al salir de mi casa me miró y me dijo ‘Bendiciones’.  Esa palabra la he escuchado tantas veces en la boca de gente muy cercana a las energías y a transmitir la buena vibra, que cuando la escuché en ella la sentí sincera y me emocioné.  Qué hermoso pensar que un completo desconocido piense en regalarte bendiciones porque quieres ser madre.  Ya era un primer paso.


17 de Marzo
La noche del jueves estuve tranquila y con mi novia preparamos un picadillo. Como yo ya no podía consumir alcohol porque así lo había decidido para recibir mi IA con el cuerpo y el alma limpios, me tomé una cerveza sin alcohol.  Agradezco mucho que exista porque me encanta tomar cerveza.  Nuestro amigo Tito, el padre, estuvo con nosotras y conversamos mucho sobre lo que venía.  Todos estábamos muy contentos y con esa alegría yo omití y no le conté a nadie que en ese mismo minuto estaba sintiéndome horrible por el medicamento.  Estaba muy hinchada y con muchas nauseas, y sólo quería dormir.  Lo omití porque todo lo mal que me pueda sentir por la maternidad será un dolor que disfrutaré.  Ya cerca de las 11 de la noche pude descansar y me dormí después de pedirle Dios que hiciera su voluntad.

De vuelta a clases.

Esta vuelta a clases fue diferente.  Soy profesora de inglés y ejerzo mi profesión desde los 23 años.  Hoy tengo 34 y sigo gustando del enseñar tanto como hace 11 años cuando comencé, claro que hoy con más experiencia y tolerancia a las diferencias de mis estudiantes.  Partí el año como siempre, con una salida de compras para renovar un poquitito el closet y no empezar el año con las mismas ‘pilchas’.  Eso me renueva y da energía y bueno como toda mujer amo ir de compras.  Pero la diferencia estaba en que mi año escolar comenzaría además con la búsqueda de mi hijo en una primera inseminación artificial.  Así como esperé con ansias mi regla de enero cuando me hice todos los estudios para saber si estaba en óptimas condiciones para ser mamá, también esperé la de marzo y llegó el 5 mientras disfrutaba de un rico fin de semana en Concón con mi novia.  El lunes de regreso a Santiago llamé inmediatamente a la consulta de mi doctor para pedir hora para iniciar el seguimiento del folículo.  Este seguimiento puede partir el tercer o cuarto día de la regla y en mi caso por mi horario de trabajo sólo podía hacerlo el martes 8.  Volví ese día, después de arrancarme de una reunión en el colegio, a ver a mi ginecólogo.   Conversamos y le conté por supuesto que había tenido mil problemas con la entrega de las muestras en la Clínica y el doctor me contó que por razones como esa había dejado de trabajar en ese lugar y que ahora me atendería en su consulta privada.  Le dije además que quería comenzar con esa ovulación el tratamiento y el accedió de inmediato.  Aproveché también la oportunidad para decirle que con Tito habíamos decidido usar una muestra fresca para la primera inseminación y si no resultaba la segunda la haríamos con la única muestra que alcanzamos a congelar.  El no se opuso y me indicó que todas las muestras son de igual calidad pero que sin duda los  ‘espermios frescos’ podrían tener mayor capacidad de lograr la fecundación.  Luego de esta conversación nos pusimos de acuerdo en la siguiente hora para el seguimiento.  Fueron tres ecografías solamente, a diferencia del primer seguimiento que fue un estudio de seis ecografías para ver si tenía de verdad ciclos regulares como se lo había dicho yo en la primera consulta.  A la tercera ecografía, el día 16 de marzo, me indicó que debía ponerme sin falta a las 10 de la noche una inyección que haría reventar el folículo 36 horas después y liberar mi ovulo para la inseminación.  No podía creer que ya estuviera pasando.

Febrero

Y tal como lo pensé, el mes de febrero pasó volando.  La celebración de mi cumpleaños fue maravillosa, estuve con mi familia en Curicó y luego con mis amigos en Santiago.  Me sentí muy querida y regaloneada durante el fin de semana y agradecí los regalos que me hicieron.  Siento que mis amigos me conocen mucho al abrir cada presente sentía que todos habían pensado cuidadosamente que regalarme.  Un gorro de chef, un nuevo delantal de cocina junto con el mitón para no quemarme cuando cocino lo que todos disfrutan, aritos grandes, pulsera de biomagnetismo, un vestido hermoso, unos preciosos magnetos para la colección que tengo en mi refrigerador, incluyendo dos útiles salero y pimentero que muele alguno de los dos elementos al momento de ser usados, entre tantas otras cosas.    Ya al final del mes me encontré además celebrando el cumpleaños de mi sobrina Tamara que cumplió 6 años.  Por alguna razón tengo un lazo super especial con ella, quizá porque ambas somos bebés de febrero o porque tuve más oportunidad de verla crecer mientras vivía en Curicó.  Así como yo había celebrado mi cumpleaños con tanta felicidad me preocupé de que ella tuviera una hermosa tarde junto a nosotros su familia y amiguit@s.  Empatizo mucho con ella en esta fecha especial pues al estar de cumpleaños ambas en Febrero es muy difícil tener a todos junto a nosotros, pues la gente se va de vacaciones y especialmente quiere disfrutar hasta el último día.  Así que reunimos a 6 niñitas y 2 niñitos y celebramos con una rica fiesta.  La decoración fue mitad ‘Princesas’ y mitad ‘Hanna Montana’.  Está en una edad en que aún se maravilla con las princesas Disney y su color favorito todavía es el rosado pero también muestra su lado de niña grande.  Le animé la fiesta con música, globos, piñata y con una exagerada entrega de regalos en donde la tía, o sea yo, gritaba más que los niños el típico ‘que lo abra, que lo abra’ y animaba a todos a aplaudir y al invitado a sacarse una foto con la cumpleañera y el regalo que había traído.  Como siempre sucede en mi familia, terminamos el cumpleaños con un rico asado para los grandes y la alegría de estar juntos.